He platicado sobre la valentía de arrojarse en pos de hacer lo que uno desea, invertir la energía y la garra para lograr sueños. Los sueños no son solo profesionales, también existen los personales, familiares, de pareja, hijos y amores…
Me lleva a una historia que escuché de tiempo atrás con un hombre impresionantemente fuerte y arriesgado, que había logrado una gran cadena de despachos. Me sorprendía su capacidad para discernir entre los negocios, socios y personas con las que decidía colaborar.
Cuando llegó a mi consulta, observé su personalidad fuerte, la madurez a todo y la seguridad que irradiaba, en verdad tenía escrita la definición del concepto “Guerrero” en la frente. Sin embargo, intuí que tras toda esa fuerza, existía un leve dolor de esa soledad del Líder que no se sentía comprendido.
Su Esposa y compañera perfecta de vida (así la definía él) había muerto 15 años atrás; tuvieron dos hijos, ahora adultos fuertes e inteligentes que colaboraban con él en sus empresas, cada uno con familia y asentados. Mi cliente, al que llamaré “Pedro”, mantenía una relación de 10 años con una pareja (que a mi parecer instantáneo… era dispareja).
Nuestro objetivo de trabajo era Potencializar el mindset en su equipo de directores y “aceitar” las relaciones entre ellos. Evidentemente mi trabajo (¡¡¡Es solo para clientes valientes!!!) se adentra en las tripas de su historia personal, su presente y sus vínculos. La forma de liderar, de comunicarse, de asumirse y de permitir… lleva el trasfondo de su “Personalidad” (Su psique-emoción).
Como él en particular se sentía agotado, poco a poco fui entendiendo que su agotamiento dependía más de lo emocional que lo Operativo y me adentré donde a estos Guerreros no les encanta abrir… el corazón y el tema personal… pero esa es mi área… Después de todo, el Origen de mi “Human Mentor” es la Psicoterapia (mi experiencia clínica).
Pedro relató que su pareja en aquel momento ( a la que llamaré Katia), era una mujer fuerte, ex empresaria “exitosa” que poco a poco fue dejando su trabajo para acompañarlo a él en sus viajes. Sin embargo, Pedro me confiesa que jamás lo pidió, pues él estaba acostumbrado a vivir ese Rush sin compañía. Para mí, Gaby, fue evidente el temor de Katia. A partir de ese entonces,se volvieron inseparables. Ella manejaba su agenda personal y en momentos, profesional. Decidía los viajes y las amistades, opinaba sobre la gente que le rodeaba, visitaba con frecuencia la oficina. Aún cuando no vivían juntos, ella pasaba la mayor parte del tiempo en la casa de Pedro, la cual organizaba y ordenaba absolutamente todo lo que conllevaba el tema del hogar, incluyendo las dos casas de descanso que él tenía.
Creo que cuando me relataba cada uno de estos puntos, fue cayendo en cuenta que se sentía “prisionero”. Tomó consciencia que llevaba 5 años con ese sentimiento, recordó también que hacía tiempo una colaboradora brillante le había hecho sentir cierta atracción, una mujer de su edad 56 años, activa, resuelta e independiente. Katia no la toleraba y le obligó a sacarla del despacho, él accedió para llevar la fiesta en paz. Habían tenido largos momentos de discusiones sobre estos temas, por ello, él prefería simplemente aceptar las sugerencias de Katia y “vivir tranquilo”
Conforme fuimos avanzando, entre temas de su profesión, nos acercamos más a aspectos personales que tenían similitudes, aún cuando aparentemente no lo eran.
Llegó la pregunta que era lógica hacer:
- Llama la atención, Pedro, Tu valentía en los Negocios y esta “dejadez en lo personal”. Relatas que te sientes asfixiado por Katia y frecuentemente han hablado de terminar la relación, que en tu caso, dices estar convencido de que No deseas estar ahí….¿Por qué no decidirlo y ya? – le pregunté-
- No puedo, sus hijos, lo que creo que pasaría con ella sola, me necesita… me siento fatal… ha hecho mucho por mi… me cuida, pero me asfixia, he dicho todo para que respete mi espacio y mi tiempo, pero nada cambia. Además, honestamente, siento miedo de no encontrar otra persona y me da pereza estar solo.
Sí, imagino que ustedes se han quedado sorprendidos… bueno…Yo no tanto, lo he visto ya… la valentía en un área y la cobardía en otra.
Sí, cobardía, las discrepancias en la toma de decisiones donde impera el corazón y el miedo. No todos somos valientes en ambas áreas: profesional y personal. Existen sus desbalances y estos nos dan la oportunidad de mejorar en nosotros. Porque esa persona que trabaja y lucha, es la misma persona que vive su vida afectiva. ¡¡Sí queridos… influye mi persona en mi profesión, más de lo que ustedes puedan pensar!!
La valentía es en Todo… porque es un valor interno… que no está sujeto a espacios o personas, se tiene o no se tiene….
Mi Estimado Pedro decidió ser Valiente, fue honesto con él y con Katia. Así permitió que Katia llegara a una pareja más apta para ella y él finalmente dos años más tarde… se encontró con aquella Colega que años atrás despidió del Despacho…
Colorín colorado…
Aún cuando esta historia es ficticia… cualquier parecido a la realidad… son cuentos de una ex-terapeuta aficionada a crear historias para Explicar Realidades…
¡¡Abrazos!!