La percepción que tenemos de nosotros mismos juega quizás el papel mas importante en el bienestar personal a lo largo de nuestra vida. Pareciera que a partir de la cantidad de estima que tenemos de nosotros mismos permitimos y/o aceptamos la estima de otros. Si esta percepción es positiva, nos sentimos felices y nuestro sentido de vida se tiene al tope. Queremos seguir y seguir.
La Autoestima, ¿Cómo se crea? Como tiene que ver con la sensación interna de poder confiar en mÍ para la vida, se gesta de forma gradual. Y es un estado que se va ganando convirtiéndose en inamovible cada peldaño de estima propia. Nada tiene que ver con esa forma temporal. Ejemplo: cuando me siento atractivo o logro obtener recursos y/o “éxito”. Esto sería más bien una “pseudo autoestima” (ego, que es frágil y depende de factores externos y comparaciones: verme bien, tener dinero, tener amigos etc.).
La autoestima es aquella fuente que nos dice “Sí Puedo”, “Yo puedo”, “Yo Soy valioso y puedo”… me gustas “YO”. Para mi punto de vista, inicia con la confianza que nos dan nuestros padres en la infancia, pero la esencia de su crecimiento se gesta a través del hacer, el logro y la sensación de alcanzar pequeños objetivos, o bien, resolver problemas y salir librado. Un trago dulce que parte de momentos amargos generalmente.
Cuando alguien “resuelve la vida” de otra persona, asumiendo que le hace un favor, no comprende que a largo plazo genera lo contrario. Le quita la posibilidad de sentirse capaz, independiente y por lo tanto, dueño de sí mismo. Es un perfume caro que nadie puede regalar, nadie puede prestarlo, no se roba, ni se hereda. Esto aplicaría con todas las relaciones, familiares, laborales y de amistad. Sin embargo, dados ciertos paradigmas culturales, sociales o religiosos, existe la “creencia” arraigada que “ayudar” a otro (cuantas veces lo necesite) es correcto… mmmm … sí, yo diría que es correcto solo para el EGO del salvador. ¿Paradójico no?
Por lo tanto la Autoestima…es la única “Experiencia-Sensorial Indispensable” que depende de Mí.
Hay quienes pueden contar historias desastrosas y con ello se explica la tendencia a dificultar este proceso, ejemplos de infancias difíciles sin sentirse amados. Sin embargo, siendo Adulto, el único responsable de trabajar para lograr esta sensación es Uno y solo Uno mismo.
Por ello, la Autoestima y la Responsabilidad, vienen de la mano. Ser responsables con uno mismo de las consecuencias de todas nuestras decisiones (conscientes o no) crea un buen escalón para crear el espacio para desarrollarla.
La próxima vez que ayudes, complazcas o apoyes a otro… piénsalo dos veces. Lo haces por ti, o lo haces por él. Si es la segunda opción, no ayudes más de dos o tres veces… ¡Permite que se “Genere” Autoestima!… y busquemos más adictos a ella.
¡Aquí está su servidora… Ya casi 51! ¡¡Agradezco a D-ios!!
¡Abrazos!